lunes, 3 de septiembre de 2012

Roberto López, el modelo extractivo, el doble standard y la responsabilidad de los periodistas


Entrevista con Darío Aranda (primerafuente.com.ar)

"Todos los gobiernos de la región están en un callejón sin salida, porque basan buena parte de su renta en el modelo extractivo en sus diversos rostros: minería a cielo abierto, monocultivo forestal, monocultivo de soja, avance petrolero... Y para seguir manteniendo esa renta, los gobiernos necesitan avanzar sobre nuevos territorios, que están en manos de campesinos indígenas que no van a ceder territorio fácilmente... El modelo ya no sólo desaloja, ya no sólo contamina, sino que también mata". 

"... En los últimos años ha habido una mejora real en puestos de trabajo, en los sectores urbanos. La mayor conflictividad en los últimos años ha pasado a los sectores rurales... No se da por mejores económicas (que serían bienvenidas), sino por mantener la forma de vida".

"En la meseta de Chubut, zona con población tehuelche, está el reservorio de plata y plomo más grande del mundo, aún sin explotar. A don Patricio Pilquimán, un abuelo tehuelche de 78 años, le ofrecieron un millón de pesos para que deje su tierra. Y él, charlando en su cocina me decía: "acá vivió mi abuelo, vivió mi padre, vivo yo, viven mis hijos y van a vivir mis nietos. No lo voy a dejar". Por eso la disputa es tan dura y va a ser cada vez más dura, porque el modelo minero/petrolero/forestal/sojero sigue avanzando". 

"... Hay que parar la pelota y pensar por qué el asesinato de Mariano Ferreyra convocó a 60000 personas en Buenos Aires y el de Roberto López a 600" 

"Campos de concentración, secuestro de personas, robo de bebés, torturas... Todo eso nos remite a la última dictadura militar y el nazismo. Los pueblos indígenas de la Argentina sufrieron lo mismo, los mismos cuatro hechos los padecieron ... y grandes sectores de la sociedad civil siguen negando que hubo un genocidio de los pueblos indígenas. Ahí queda a las claras el doble standard". 

"Hizo falta que el juez de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni, lo plantee para que se asuma: los pueblos indigenas en la Argentina sufrieron un genocidio que está silenciado por una cuestión de clase social y de etnia. En otras palabras, es lo mismo que dicen los indígenas".


"Cuando asesinaron a Mariano Ferreyra, el gobierno nacional actuó muy bien exigiendo justicia... Cuando asesinaron a Sandra Juárez, nadie dijo nada. Cuando asesinaron a Chocobar, muy poco... Cuando asesinaron a Roberto López, el gobierno nacional no sólo no dijo nada, sino que a las 48 horas salió en teleconferencia con Gildo Insfrán tirándose rosas por una obra de infraestructura. El problema no es el gobierno nacional, más allá de la crítica, sino la sociedad toda... Yo fui a una marcha en Buenos Aires donde reclamaban justicia por Darío y Maxi, por Mariano Ferreyra... y por 'el qom asesinado en Formosa'. ¡No tenía nombre! Y eran sectores más politizados, de izquierda". 


"Página 12, Tiempo Argentino y la Agencia Telam planteaban el hecho inicialmente como un hecho policial... Después como un hecho provincial, y muy raras veces llegó la vinculación al gobierno nacional. La Nación y Clarín sí fueron de lleno a la responsabilidad del gobierno nacional... Me parecia correcta la cobertura hasta ahí, pero La Nación y Clarín nunca plantearon que la cuestión de fondo es el modelo extractivo".

"Hay una discriminación de clase de los periodistas, ya no de los medios... Hay que dejar de lado la obediencia debida... Nuestra generación se formó leyendo a Rodolfo Walsh, Nuestra obligación es dar testimonio. Muchos colegas, por la flexibilización laboral, por comodidad y también por una cuestión de clase: en Buenos Aires, cuando van las comunidades indígenas, la mayoría de los colegas entrevistan al abogado o al antropólogo que los acompaña, pero no entrevistan al indígena... No amplificar su voz nos hace parte de ese juego macabro que se está ejecutando contra los pueblos indígenas". 

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