Hubo canciones espirituosas con un toque joven y, al final, vinos de ésos que entonan el alma. O quizá fue al revés. Lo importante es que todo el mundo salió contento.
De mi parte, aplausos insistentes para Silvia e Isaías, que suenan cada vez mejor... y un especial reconocimiento a Viviana Súter, por su estupenda (y festejada) performance vocal en "diálogo" con mi versión de Majestad negra.
Gracias a tod@s los amig@s, colegas y barras bravas que nos acompañaron en esa hot winter night. La Casa de ADIUNT, felizmente desbordada el viernes pasado, es un lugar para volver y volver.
¡Y gracias por las fotos a Eric y Dalila y a l@s amig@s de Crisálida!
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