martes, 30 de abril de 2013

Quién sabe qué será de aquella estancia

MIGUEL D. ETCHEBARNE
Al paisaje lejano 

Por la ruta del cielo que se asoma
con su color más límpido y lozano,
lo recupero en tiempo y en aroma
como antes en los meses de verano.

Con emoción de monte y de paloma
lo siento tan agreste y tan cercano
como el gusto del agua que se toma
al borde del arroyo con la mano.

Quién sabe qué será de aquella estancia
en el partido de la Magdalena:
campo quebrado y mar a la distancia.

Aparejando el gozo con la pena
allí quedó el recuerdo de la infancia
perfumada de malva y yerbabuena.

2 comentarios:

hulberto hugo dijo...

este este es un poema que siempre recordaba con felicidad Borges .-

Dany dijo...

Gracias por traerme tu comentario Hugo... Es un poema entrañable para mí, por su musicalidad y su cuidado desborde sensorial a flor de rima.