lunes, 1 de marzo de 2010

EN UN SOL AMARILLO (Memorias de un temblor)*


Extractos de un artículo de
Rebelión
2 de marzo 2010

La naturaleza recuerda que Chile continúa siendo un país empobrecido

"Mientras se escriben estas palabras, en Concepción cientos de personas afectadas brutalmente por el terremoto que remeció a Chile desde la Quinta hasta la Novena Región –incluyendo la Región Metropolitana- abren las bodegas del supermercado Líder (Wal Mart en Chile) para llevarse mercancías de primera necesidad, cajas de leche, sacos de azúcar, pañales, arroz y alimentos en general. Según algunos medios informativos, lo mismo ocurre en la ciudad de Talcahuano.

"
En Concepción, la muerte y la destrucción de viviendas e infraestructura en los sectores más pobres de la ciudad y sus alrededores han sido la norma dramática. No hay agua, no hay electricidad, no hay combustible, no hay gas y el gobierno central y local han sido incapaces de resolver adecuadamente la distribución de comida y artículos de primera necesidad. Ya llegan las fuerzas policiales. Sin embargo, la gente continúa retirando artículos y alimentos urgentes, toda vez que desde la madrugada del 27 de febrero (0:3:34 h) el caos en uno de los países más sísmicos del planeta ha ocasionado la destrucción de rutas, puentes, estructuras históricas, edificios habitacionales nuevos y antiguos, desabastecimiento, cierre de comercio y cientos de muertos.

"PIÑERA SE LA PASA DANDO VUELTAS EN HELICÓPTERO"

"Entrevistada la gente en Concepción mientras colectivamente distribuía la mercadería agolpada en las bodegas del principal supermercado de la región, señaló que no tuvieron alternativa ante “la falta de comida, agua, leche para los niños y la subida sinvergüenza de los precios en los pocos comercios abiertos”. (...) “Piñera se la pasa dando vueltas en helicóptero y no hace ninguna 'huevada'. Está puro dando jugo”, señaló una madre mientras trasladaba bolsas de leche.

"El gobierno central ha sido incapaz, hasta el momento, de solucionar adecuadamente el suministro de alimentos, energía y cobijo. De hecho, la población más afectada, incluso en Santiago, ha optado por dormir en carpas en las plazas públicas y las calles, o simplemente a la intemperie. Los hospitales públicos, que ya estaban colapsados antes del terremoto, fueron superados con creces y algunos, como el de la ciudad de Talca, simplemente se cerraron debido a los daños. El aeropuerto de Santiago, por su parte, protagonizó episodios dantescos, aplastamiento de personas, explosiones de pantallas informativas y huidas desordenadas de los pasajeros que llegaban y de los que esperaban su vuelo. Ahora está clausurado temporalmente.

"(...) como es habitualmente ocurrente en Chile, el pueblo trabajador y los pobres son la víctimas principales de la devastación. De golpe y con violencia indescriptible, la naturaleza –contra toda propaganda- recuerda que Chile continúa siendo un país profundamente empobrecido, tercermundista, y muy lejos del desarrollo cacareado interesadamente por los pocos dueños de todo".<-

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Extractos de una nota de
Victoria Aldunate
http://memoriafeminista.blogspot.com/
1 de marzo 2010

Chile: la Pachamama iracunda

"El foco de atención del gobierno, a pesar del desastre, está –como siempre- en la represión. Toque de queda como en dictadura. Hasta hoy 708 personas muertas y cientos atrapadas en edificios nuevos que el libre mercado permitió que se construyeran así, sin cumplimientos de normas antisísmicas en uno de los países más terremoteados del mundo. Los ingenieros, dicen que eso no es nada, que vayamos a investigar los hospitales -que están en el suelo-. Fraudes en las concesiones estatales gubernamentales a empresas privadas para construir-. $hile, el paradigma neoliberal latinoamericano fundado por la dictadura fascista, monigote del imperialismo norteamericano, colapsó.

"BACHELET, VUELA QUE TE VUELA"


"Hoy, al mediodía, se reunieron con el gobierno los dueños de cadenas comerciales y parecen haber definido que los milicos y los pakos estarán para parar los saqueos. Sólo Bomberos, una organización cuyos voluntarios no perciben sueldos, parecen hacerse cargo del dolor de la gente y trabajan rescatando a quienes han quedado entre los escombros.

"Por su parte, las empobrecidas saquean los supermercados (...) y critican que la Bachelet vuela que te vuela sobre el territorio nacional y que Piñera, el nuevo empresario-presidente, da discursos que no salvan a nadie. Ambos se reúnen entre sí, pero no se sabe qué resuelve eso…

"En nuestras poblaciones, al menos en Santiago, impulsadas por los sindicatos cuando las trabajadoras y obreros teníamos dignidad, años 40 a los 70, ninguna casa en el suelo. Lo digo con conocimiento de causa, mi casa sencilla en una población famosa por comunista en los 70, no hubo derrumbe. Pero en los edificios nuevos, que los pobres que no saben que lo son, han comprado con préstamos de los bancos y gracias a su dinero inexistente –de plástico- de tarjetas de crédito, no pasó lo mismo, muchos están en el suelo.

"La gente tiene sus celulares descargados porque no hay luz en muchísimas zonas desde el centro al sur. El mismo sábado todavía funcionaban los celulares, hoy, ya nada. Tampoco hay gas, ni agua en numerosas zonas. Tampoco teléfonos fijos.

"LA GENTE DECENTE QUIERE SEGURIDAD"

"Los alcaldes derechistas claman porque las Fuerzas Armadas mantengan el control: "Es hora de que las Fuerzas Armadas tomen el control de las calles", declaran. La alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe, ultraderechista UDI, que explotó su vientre embarazado e hizo fervientes discursos contra el aborto y “por la vida” en su campaña electoral, hoy exige que se le envíe militares para “restablecer el orden”. Dice que “necesita marinos y militares en las calles porque hay caos”. Rasga vestiduras: “Queremos que se restituya el orden, la gente decente quiere seguridad”, añade.

"Ella envía policía con gases venenosos para dispersar a la gente que saca víveres de los supermercados y la TV califica los “incidentes” de “enfrentamientos”.<-

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* En un sol amarillo (Memorias de un temblor) es el nombre de una obra escrita y dirigida por César Brie, del Teatro de los Andes, que tuvimos oportunidad de ver en Tucumán en octubre de 2007 (en el San Martín). Aquella vez escribí escribí una nota para un diario local, que aún se puede leer en la web, aunque por alguna razón está sin firma. El planteo de esta pieza recobra vigencia a propósito de la tragedia que hoy nos duele en Chile.

En mayo del 1998 hubo un terremoto en Aiquile-Bolivia, con muchos muertos y varios pueblos y comunidades destruidos. Llegó mucha ayuda nacional e internacional, en dinero y bienes de distintos tipos. Muy poca de esta ayuda llegó a los destinatarios afectados. Esta obra habla del drama de la muerte y la destrucción, y de la burla de la corrupción de quien hizo desaparecer esta ayuda y su impunidad. Un terremoto deja de ser noticia, en el momento en que los que lo sufrieron comienzan a hacer cuentas con él. El temblor es un instante… el terremoto dura meses, años.
http://www.alternativateatral.com/obra8886-en-un-sol-amarillo

Mi nota

Martes 09 de Octubre de 2007

El sol sobre las grietas de una sociedad
Por Daniel Aráoz Tapia
Para El Siglo
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Dicen que la muerte nos iguala. Pero las catástrofes, cuando ocurren en sociedades hondamente agrietadas, hacen que algunos sean "más iguales que otros". Valga el dicho tanto para los muertos como para los sobrevivientes.
En un Sol Amarillo es, en todo caso, una historia de sobrevivientes. A casi diez años del terremoto de Aiquile que la inspiró, la obra -concebida en 2004- estremece auditorios a uno y otro lado del océano, con su trama situada en un país sin mar y su poética que funde escuelas y tradiciones teatrales diversas. Lejos de las etiquetas genéricas, el Teatro de los Andes con su potente dramaturgia ha sabido nutrirse de las raíces locales y entregar al público una propuesta estética tan genuina como vigorosa. A diferencia de la estructura "dialogal" de Otra vez Marcelo (presentada en Tucumán hace exactamente dos años) y de ¿Te Duele? (que se mostró en la sala Caviglia el sábado último), En un Sol Amarillo juega con cuatro actores en escena, lo que le permite alternancias y transfiguraciones muy efectivas, como también momentos más "corales" de dura y sobria belleza, realzados por la música de fanfarria fúnebre. Los personajes son múltiples y técnicamente bien compuestos, con importante compromiso físico, cuidada emisión y sólido trabajo de campo apuntalando el texto. Los objetos escénicos, el vestuario y la escenografía participan -con una precisión casi de sismógrafo- de la puesta que a menudo discurre entre la amargura del grotesco y el vértigo de la parodia. El proclamado interés del grupo dirigido por César Brie, el de construirse a sí mismos en el perfil de "actor-poeta" al mismo tiempo que construyen un nuevo público para tal propuesta, se sostiene y se potencia en el impecable ritmo narrativo que hasta ofrece a los espectadores una catártica participación física hacia el final. A propósito, si bien la acción de "apedrear" a los políticos descomprime la tensión derivada del arduo pathos de la obra, toda la segunda mitad de la trama, con su registro de manipulaciones, vejaciones y complicidades, nos propone descubrir a los corruptos no sólo entre los "poderosos" sino también entre los diversos pliegues y hendiduras de la sociedad civil.

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