Sacan del aire La Mañana de Víctor Hugo. Te lo dije, piensa Brecht. |
"Ahora vienen por mí, y ya es demasiado tarde" *.
Continental echó a Víctor Hugo Morales, como suelen hacer las empresas con sus empleados. Lo hizo, además, con una torpeza inusual para un periodista-estrella y sin preaviso, tal como el afectado pudo llegar a contarlo en el aire durante algunos minutos que otro colega le cedió.
Morales es un aristócrata millonario que no supo solidarizarse oportunamente con colegas suyos (periodistas, no millonarios) que también sufrieron despidos. Ni siquiera cuando algunxs se comieron gases lacrimógenos en la Tucumán del presunto "fraude", mientras Víctor Hugo sostenía que eran todos operadores de Magnetto.
Hasta aquí, los hechos.
Vamos ahora a la libertad y a los derechos. Morales tiene todo el derecho a continuar con su programa, uno de los más escuchados del país. El problema es que las radios son empresas, y más precisamente grupos trasnacionales, como PRISA en este caso. Y las empresas hacen lo que quieren: durante años Continental, o PRISA, quiso que Morales esté en el aire, y ahora ya no. Claro que la "libertad de expresión" es una ficción, pero si queremos defenderla (o mejor dicho, conquistarla) tendríamos que estar más sensibles y atentos a los atropellos de todos los días, esos que Morales tapó -o negó descaradamente- cuando los cometía el gobierno de su preferencia (la represión de Alperovich es sólo el ejemplo geográficamente más cercano para mí). Ahora vienen por él, y ya es brechtianamente tarde.
El gobierno anterior, embarcado en una guerra intercorporativa contra su ex aliado Clarín, dinamitó su propia ley de medios (que es nuestra y de todo el pueblo argentino) cuando la redujo a una cabecera de playa para desmontar la corporación "enemiga". El kirchnerismo no supo, no pudo, no quiso defender en serio la ley 26522, cerrándose a lo que pudo ser su aplicación plena en beneficio del mentado "tercio sin fines de lucro", dentro del cual los medios comunitarios, alternativos y populares nunca gozaron de la atención que por ley les correspondía.
Esa ley es la que ahora el macrismo ha decidido hundir a cañonazos de decreto, gracias a que ya estaba averiada y casi sin defensas. Los que podían y pueden aún defenderla (los medios alternativos) han sido despreciados por las hoy intervenidas AFSCA y AFSTIC en tanto que no les servían como "batallones" en la cruzada anticlarín. Y los que sólo sabían "militar la ley" (sic) como un ariete contra Magnetto y en función de construir el aparato propagandístico propio, están momentáneamente desplazados del poder ejecutivo nacional. En este contexto, por cierto muy complicado, Continental decide previsiblemente echar a Víctor Hugo. ¿Nada nuevo? No, nada nuevo. ¿Lamentable? Muy lamentable a mi parecer, porque un sector importante de la audiencia (me niego a decir consumidores) se queda sin su referente periodístico, independientemente de que nos parezca un groso o un chanta. Lo terrible es entender cómo llegamos a esto.
Pero gran parte de los indignados de hoy por "La Mañana" siguen, al parecer, sin haber entendido la dramática advertencia que todos creemos haber leído de Bertolt Brecht.
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