LA GRAN BESTIA PRO
Siempre critiqué la aplicación parcial y amañada de la "ley de medios", que durante años fue utilizada por el kirchnerismo para su guerra intercorporativa con Clarín, mucho más que para favorecer a los medios alternativos, comunitarios y populares. Siempre me pronuncié por la defensa y aplicación a fondo de esta ley, incluso contra sus interesados "defensores" encaramados en el poder político. Pero la "salida" que la Bestia Amarilla le da a la cuestión comunicacional empeora indudablemente las cosas. Resuelve todo por decreto y aplica terapia de shock en asuntos fundamentales, sin respetar siquiera el devaluado y justamente desprestigiado Congreso de la Nación. Y todo lo hace con gendarmes que disparan a obreros, como en Ezeiza, y con policías que militarizan las calles porteñas como si Martín Sabatella fuese un peligroso delincuente armado.
No espero mucho de los nostálgicos K, que sólo parecen llorar los espacios perdidos en el poder y proclaman "resistencia con aguante" (¿lo qué?) para recuperarlos: ni siquiera parecen preguntarse qué habría hecho Sabatella si hubiera ganado la vicegobernación de la provincia. Sí espero, en cambio, la resistencia en serio de los comunicadores y comunicadoras que han sostenido hasta aquí los medios alternativos, comunitarios y populares. Espero y acompaño desde ya la acción y las voces creíbles de la RNMA, de CORREPI, de referentes de derechos humanos como Norita, Pérez Esquivel y otrxs. Espero la acción de las organizaciones sociales, que se vio parcialmente este martes 22 de diciembre en una marcha que condenó la represión de Ezeiza. Espero incluso la acción (o la reacción) de los y las que votaron este falso "cambio", porque la Bestia Pro va a seguir avanzando a decreto limpio y conciencia sucia, y ni lo uno ni la otra le preocupan en absoluto mientras la sustente una sociedad embotada (de embotamiento y de botas) que vive más del consumismo que de la ilusión republicana.
Con amargura, en este momento me acuerdo del allanamiento brutal y el decomiso de equipos que sufrió hace cuatro meses el canal comunitario Antena Negra TV, ocasión en la que AFSCA y AFSTIC miraron para otro lado, pese al despliegue policial y la violencia simbólica y real del operativo judicial-policial. Podríamos hoy parafrasear fatídicamente a Brecht diciendo algo así como:
"...después vinieron por Antena Negra, pero yo no me preocupé, porque yo estaba en la cuestión Clarín y no en los medios alternativos y comunitarios... Ahora vienen por mí, y ya es demasiado tarde".
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