- Cuando una patota de civiles armados, o Policía, o Gendarmería destruyen viviendas y lugares sagrados de mapuches, o cuando esxs mapuches reclaman la libertad para sus presxs políticxs a dos cuadras de la Redacción porteña, el diario recuperado por sus trabajadores ni siquiera publica una línea. No digo un suplemento, ni un editorial, ni un breve: ni una línea. Y sus lectores siguen en su burbuja de desinformación. Nadie se acuerda de la dictadura. Nadie se acuerda de nada.
Dejo constancia: si mañana o pasado (Spolsky no lo permita) una patota vuelve a apalear a lxs laburantes de Tiempo Argentino, voy a solidarizarme sin dudar, como siempre. Defiendo la integridad de esxs laburantes porque defiendo su derecho a ejercer el periodismo y porque defiendo mi derecho a preguntarles por qué callan.
Ingrid Conejeros, vocera de la comunidad mapuche que reclama internacionalmente la libertad de la Machi Francisca Linconao. La acompaña el escritor y periodista Osvaldo Bayer, durante la entrega del petitorio en la Embajada de Chile en Buenos Aires. |
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