¿Por
qué la lluvia nos conmueve tanto,
si
ella baja con un ritmo paralelo
hoy
también, como ayer, de un mismo cielo,
con
un mismo color y un mismo canto?
¿Será
tal vez el sugestivo encanto
de
que, por un fenómeno gemelo,
nosotros
nos hallamos en su duelo
y
ella se reconoce en nuestro llanto?
La
lluvia trae algún recuerdo ausente
Con
la bruma del tiempo y la distancia.
Y
es tal la evocación que, de repente,
Se
nos figura desde aquella instancia
Que
hemos visto pasar en la corriente
El
barco de papel de nuestra infancia.
Texto incluido en el "bloque de sonetos" de Dicha sin Culpa
1 comentario:
Sublime.
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