Recordatorio imprescindible: el senador nacional oficialista que el 21 de mayo pasado llamó "enferma mental" a Hebe de Bonafini es el mismo que hace un año fue obligado por la conducción kirchnerista a renunciar a la comisión donde se trató el matrimonio igualitario, debido a su homofobia y su consiguiente oposición a esa ley. Esta vez no supe de ninguna reacción ni pronunciamiento presidencial sobre sus palabras.
Decía la tapa de El Grillo Promiscuo de junio de 2011:
Hebe de Bonafini instaló un apasionante debate durante su paso por Tucumán: mientras el senador Mansilla, la Primera Dama provincial y otras personalidades reafirmaron la pertenencia del gobernador al Proyecto Nacional y Popular, voces críticas sostuvieron que “José deja mucho que desear” y que le falta, “como mínimo, transar con la mafia de la megaminería, como hace Gioja; dar vía libre a la mafia policial y a los intendentes corruptos, como hace Scioli; meter mano dura contra las huelgas, como hace Peralta y masacrar a los pueblos originarios, como hace Insfrán”. El alperovichismo refutó cada uno de esos puntos: “estamos trabajando en eso, hay mucho por hacer”.En fin. Esa revista, tal como siempre lo ha proclamado desde su propio nombre, "sale con cualquiera y cuando se le canta". El gobierno de la provincia de Tucumán, en cambio, es coherente y previsible.
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